Hoy hemos hecho una etapa bien bonita. La mayor parte del trayecto ha sido por un carril bici que, más o menos pegado al mar, sigue la línea de la costa.

Tras dejar el camping nos hemos dirigido al centro de Toulon (o Tolón) para desayunar. Esta ciudad tiene unos 160.000 habitantes y es un importante centro del ejército francés con el mayor puerto militar del país. No hay más que mirar a cualquier lado para encontrarse edificios fortificados con el cartel de prohibido pasar, zona militar. La ciudad tiene una enorme ciudadela que también pertenece, según parece, al ejército. Además de su espíritu castrense, Tolón es el principal nudo de enlace naviero con la cercana isla de Córcega. Por lo demás, el centro de la ciudad conserva la gracia de otras que hemos visto por la zona. Acogedoras plazas, calles y callejuelas con interesantes rincones. Y además un teatro operístico de los más reputados de Francia.

Después de reponer fuerzas nos hemos dirigido hacia el este pasando por pueblos de ambiente vacacional como Pradet, Carqueiranne. Hemos pasado por la zona costera de Hyères donde se encuentran Le site archéologique d´Olbia, una antigua ciudad grecorromana fundada por gentes de la colonia griega de Marsella (los mismos que fundaron Ampurias).

Siguiendo el camino hemos pasado por un pequeño pueblo llamado Le Londe-les-Maures, en el que hemos parado para comer. Después de las subidas que tuvimos ayer hoy nos cuesta más mover las piernas y después de la pausa de la comida más todavía. Hemos continuado por un carril bici para acercarnos nuevamente a la costa hasta la localidad de Le Lavandou, por lo que se ve un importante centro turístico.

A partir de aquí hemos seguido todo el camino junto a la costa hasta pasado Cavalaire-sur-Mer. Esta zona tiene pequeñas calas de aguas paradisiacas. Hemos tenido que parar unas cuantas veces para disfrutar tranquilamente del espectacular horizonte con la Île du Levant como telón de fondo.
En el pueblecito de Rayol-Canadel-sur-Mer hay un jardín botánico llamado Domaine du Rayol, Le Jardin des Méditerranées que si bien no hemos podido visitar no nos hubiera importado hacerlo vistas las imágenes del mismo que aparecían en las guías.

Pasado Cavalaire-sur-Mer, hemos cogido una pequeña carretera que nos ha subido al pueblo de La Croix-Valmer, para acabar de ablandarnos las piernas. Por suerte, desde allí hasta Saint-Tropez ha sido todo bajada por un carril bici estupendo.

La última odisea ha sido la de buscar camping. Haberlos «haylos» pero por lo visto aquí llaman camping a un lugar en el que no se puede acampar (sólo tienen bungalows para dos noches) así que hemos deambulado un poco hasta encontrar uno entre Saint-Tropez y Saint-Maxime a pie de playa, de hecho se llama así, Camping de la Plage.

Un sitio bonito, si, pero nada barato. Nos da la sensación de que por aquí nada lo es. Hay que ver lo que se cotiza esto del glamour. Para nosotros con un día ya está bien, el resto se lo dejamos a los de los yates que se ven frente a la costa.