Hoy hemos llegado al Canal del Garona. No era nuestra intención original, pero visto que optar por el camino más recto hacía Toulouse suponía tener que enfrentarnos a una zona con numerosas colinas, hemos decidido hacer unos cuantos kilómetros más y seguir el carril bici que une el Atlántico, desde Burdeos, al Mediterráneo, en Sète. Esto es como una autopista para las bicis. Un carril con un firme impecable, sin apenas desniveles, con todo tipo de servicios y áreas de parada para los ciclistas. Seguiremos esta ruta hasta Sète, para empezar allí nuestro auténtico periplo mediterráneo. No obstante, nos parece interesante acercarnos al Mare Nostrum desde las costas atlánticas. De hecho esta ruta de bici se llama Ruta de los dos Mares.
Lo cierto es que ya sabréis (y ya comentamos) que hicimos esta ruta hace una par de años. Pero no nos importa volver a pedalear por ella, ya que atraviesa lugares a los que gusta volver.
La etapa de hoy ha sido también agradable. Hemos disfrutado de un día soleado, especialmente una vez que hemos llegado al Canal del Garona. Antes de llegar a este, hemos tenido que atravesar una zona de pinares en la que, debido a la abundante arena, nos ha costado avanzar ya que las bicis se quedaban clavadas.
Superado este escollo hemos avanzado por carreteras secundarias, pequeños pueblos y zonas con bastantes viñedos y alguna que otra colina.
Después de unos veinticinco kilómetros de pedaleo hemos llegado al Canal. Hemos comido en la ciudad de Agen, en la que ya estuvimos en el anterior viaje por aquí y que es muy agradable de pasear.
Desde allí hemos avanzado unos veinte kilómetros más hasta un pequeño pueblo llamado Lamagistère en el que estamos alojados en un pequeño Hotel-Albergue. El pueblo está enclavado entre el río Garona y su Canal lateral y la única pega es la enorme central nuclear de Valence que se ve desde la orilla del río.