Etapa 6: Beaugency-Sully sur Loire (83 kms)

Hemos salido de Beaugency tranquilamente, a eso de las once de la mañana. El día ha empezado muy bien para el pedaleo, ya que la temperatura ha bajado un poco y aunque está bastante despejado, el sol no achicharra. Durante la ruta nos hemos encontrado con un simpático matrimonio francés con bicicletas de carretera. Según nos han dicho, viven muy cerca y siempre que pueden, salen a entrenar. Nos han contado que ellos también viajan en bici y nos han dado envidia contándonos los viajes que han hecho (Jordania, Camboya, India…). También nos han dicho que este es el año que han visto a más gente haciendo la ruta del Loira y que, gracias a una queja del marido, el ayuntamiento acaba de arreglar el pavimento de este tramo de la ruta. Aquí se ve que tienen en cuenta a los ciudadanos.

Flores al comienzo del camino
Flores al comienzo del camino

Así de entretenidos hemos llegado a Orleans, entre granjas y viñedos. Hemos atravesado el Loira por un puente de Calatrava (ya de lejos se notaba su autoría). La entrada a la ciudad es un barrio de edificaciones bastante modernas ya que, las antiguas casas, fueron destruídas por los bombardeos de la guerra. Hemos llegado al centro histórico y la catedral nos ha dejado impresionados ya que, así como la de Tours está en una pequeña plaza, esta luce flamante al final de una larga avenida muy florida.

Puente de Calatrava en la entrada a Orleans
Puente de Calatrava en la entrada a Orleans
Catedral de Orleans desde la Avenida.
Catedral de Orleans desde la Avenida.

Dentro de la catedral hemos tenido la suerte de escuchar el órgano sonando. Hay un ciclo de conciertos y, por la tarde, tocaba un organista suizo. Puede que fuese él quien estaba probando el órgano y aprovechando para ensayar porque sonaba bastante bien.

Órgano de la catedral de Orleans
Órgano de la catedral de Orleans
En la catedral de Orleans
En la catedral de Orleans

Después de dar unas vueltas por la ciudad y aprovechar para comprar víveres, hemos salido por la margen izquierda del río para seguir nuestra ruta. Según íbamos avanzando se veía una tormenta avecinarse pero hemos decidido seguir hasta que nos lo permitiese. Menos mal que, justo cuando la teníamos encima, hemos encontrado una granja en la que cobijarnos porque si no hubiéramos sufrido una granizada bastante intensa en nuestras cabezas.

Tormenta desde la granja en la que nos cobijamos
Tormenta desde la granja en la que nos cobijamos

La tormenta no ha tardado en pasar y el resto del camino lo hemos hecho sin contratiempos. Así hemos llegado al camping de Sully sur Loire, a eso de las seis de la tarde. Hemos aprovechado para tomar una cerveza, que al final han sido unas cuantas más porque nos hemos juntado nosotros, Remi, nuestro compañero de viaje francés y un belga llamado Daniel. Nos hemos entendido como hemos podido entre el francés, el inglés, el italiano, el español y sobre todo, las ganas de entendernos. Ha sido divertido ver a un belga y un francés en una conversación de bar ya que, es bien conocida la especial simpatía que se tienen.
Al final no hemos salido del camping y no hemos podido conocer la ciudad. Bueno, hay que dejar algo para mañana ¿no?.

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