Hoy hemos caído de casualidad en este pueblo de nombre tan peculiar, Saint Perdon. Parece como si el destino se hubiese querido disculpar después de la etapa que hemos tenido. No, hoy no nos quejamos de las cuestas sino de la lluvia y el frío que hemos pasado. Nuestra intención era haber pedaleado más kilómetros, pero nuestros pies y nuestras manos han dicho ¡basta de tanta agua y frío!. Bueno, hemos conseguido avanzar un poco más. Y por lo menos la lluvia nos ha respetado hasta justo conseguir desmontar la tienda. Después de recoger en el camping hemos desayunado unos huevos cocidos que nos ha dado la dueña. Ambos se han portado fenomenal con nosotros.
Hoy no tenemos fotos que mostraros porque, con tanta lluvia, ni se nos ha ocurrido sacar la cámara. Casi agradecíamos las cuestas para entrar en calor, pero bajarlas era bastante peor por el aire que, con el cuerpo empapado, las convertía en un frigorífico. Habíamos decidido acortar la etapa hasta Mont de Marsan, la capital de la región de las Landas, pero nos hemos quedado a unos ocho kilómetros. Mañana esperamos que mejore el tiempo y podamos visitar la ciudad. De momento estamos refugiados en un acogedor hotelito de este pequeño pueblo de las Landas.
