Hoy estrenamos las entradas de este nuevo diario de viaje. Como ya explicamos en el post previo, pretendemos alcanzar la Costa del Mediterráneo en el Sur de Francia para seguirla rumbo a la frontera italiana… Y como ya se sabe que el viaje de 1000 kms comienza por un paso, nosotros hemos decidido darlo (bueno, más que paso pedalada) en la puerta misma de casa. El destino final lo dejamos abierto al destino.
De momento en estas dos primeras etapas hemos llegado a Rincón de Soto, en la primera, y a Pamplona en la segunda.
El primer día de pedaleo empezó con un cielo bastante claro en Soria pero pasado Almajano (pueblo de muy gratos recuerdos para Mayte) comenzó a caer una fina lluvia que no nos abandonó en todo el camino.
Cruzamos Narros, con sus bellas casas palaciegas En Suellacabras recordamos una bonita ruta a pié que hicimos hace unos años. La carretera poco a poco va ascendiendo hasta pasado este pueblo. Después comienza una contínua bajada hasta llegar a Trévago. En Castilruiz paramos a comer y aprovechamos para comprar un riquísimo pan en la panadería del pueblo.
Se nos hace un poco raro empezar el camino por lugares que tenemos tan cerca en nuestro día a día. De repente nos sentimos un poco extraños, como forasteros en nuestra propia tierra.
Unos kilómetros después de Castilruiz comienza un trepidante descenso por el puerto de San Felices. Es curioso lo cerca que tenemos un pueblo tan interesante y aún no lo conocíamos. Mientras bajamos el puerto vamos pensando en lo afortunados que somos por no ir en dirección contraria.
Cruzamos Aguilar del rio Alhama, Cervera del rio Alhama, Los Baños de Fitero, en donde paramos a descansar un poco. Desde aquí tomamos la carretera que se dirige a Alfaro. Nada más dejar el pueblo nos topamos con una buena subida de unos dos kilómetros que provoca que el descanso que acabamos de hacer se nos olvide rápidamente.
Una vez superado este escollo, llaneamos por una carretera con enormes rectas entre preciosos frutales floridos. Así, llegamos por fin a Rincón de Soto, pueblo en el que nos estaban esperando Gabriel, Pili, Leyre y Jorge. Una vez más aprovechamos para dar las gracias a nuestros generosos anfitriones por habernos tratado a cuerpo de rey. Y a Toñi, por el riquísimo bizcocho que nos ha dado alas en las contínuas subidas de la segunda etapa. Es un lujo acabar la primera etapa de un largo viaje sinitiéndote como en casa. Lástima que se nos olvidó hacernos fotos con toda la familia. ¡Os mandamos un beso enorme!
Después de descansar estupendamente emprendemos el camino de la segunda etapa. El día ha amanecido con una espesa niebla pero a la hora de partir ya luce un brillante sol. Gabriel nos acompaña los primeros kilómetros y disfrutamos del paisaje del frutales floridos (las famosos perales de Rincón de Soto).
Pocos kilómetros después de cruzar el Ebro empezamos a subir pequeños tramos de terrazas con pendientes suaves pero constantes. Cruzamos Peralta, un bonito pueblo de la ribera del Arga. A los pocos kilómetros decidimos tomar una carretera secundaria con dirección a Artajona.
Gabriel nos había recomendado la carretera Nacional hasta Tafalla para evitar los sube-baja de las carreteras secundarias pero el tráfico nos daba un poco de respeto. Nos alegramos de haber elegido esta ruta cuando visitamos el precioso pueblo de Artajona, pero nos hemos acordado de la recomendación de Gabriel cuando, pasada esta hermosa villa, hemos empezado a subir un puerto que nos ha dejado para el arrastre, ¡y aún nos quedaban casi treinta kilómetros hasta Pamplona!.
Menos mal que el paisaje de esta zona está espectacular con el verde intenso de los trigos que contrasta con el intenso azul del cielo. Al llegar a Muruarte de Reta hemos decidido tomar la carretera Nacional. Teníamos que elegir entre circular junto a bastantes coches o volver a subir otro puerto que nos esperaba por la otra ruta. No ha sido nuestra cabeza quien ha elegido sino nuestras piernas.
Así, hemos llegado a Noáin. Allí nos ha costado acertar con la carretera de entrada a Pamplona ya que parecía que todas iban directas a alguna autovía. De hecho hemos tenido que saltar un vallado para no entrar directamente en una.
Al llegar a Pamplona nos hemos encontrado con una situación que ya sospechábamos: ¡es Sábado Santo!. Eso significa que son vacaciones y que todo el mundo busca hoteles. Nos han dicho que no recordaban una Semana Santa con tantas reservas. Prácticamente no quedaban alojamientos en toda la ciudad por debajo de los 200€. Por suerte, al final hemos encontrado una habitación bastante barata en un hotel muy acogedor que ya conocíamos de cuando hicimos la vía del Plazaola. Está en la carretera que tenemos que seguir mañana así que nos ha venido estupendamente.
Ahora vamos a intentar descansar las piernas después de las dos primeras etapas en las que hemos tenido una sucesión de cuestas considerables (al menos para dos ciclistas que nos están en sus mejor estado físico y que van cargados como si se fueran a ir dos meses de viaje).
os lo juro… me emociono leyendoos. un besote a los dos
Qué maja Ana!!! Muuuchos besos 😘😘😘😘
Qué envidia me dais pareja. Un fuerte abrazo y a disfrutar de los pedales!! 😉
Muuuchas gracias Eva!!! Abrazos 😘😘
Ánimo chicos!!!! OS mandamos un saludo muy grande los dos,somos más de avión pero nos dais una envidia…..un besazo muy grande y mucha fuerza.( soy el pespun) muuuuuaaaa
Pespun, que alegría vuestro comentario!!! Muchas gracias por los ánimos. De momento seguiremos pedaleando, lo malo va a ser cuando tengamos que coger el avión de vuelta, a ver como monto a esta en él. Muchos besotes a los dos (bueno, y al Coco también).