Empezamos el 2015 con ganas de pedalear… Hemos decidido aprovechar los primeros días de este nuevo año para salir con nuestras bicis por las Costas de Levante para darnos un atracón de sol y buena temperatura. Nos encanta disfrutar de estos parajes en esta época en la que se muestran deshabitados y desnudos.

Hemos partido de la vieja Tarragona, aunque debido a los pocos días con los que contamos no hemos podido visitarla. Nos la apuntamos en la libreta de «deberes viajeros».
Desde Tarragona hemos pedaleado por un carril bici junto a la carretera nacional hasta Vilaseca. Desde allí nos hemos dirigido hacia la costa para continuar siguiendo la red de paseos marítimos que se unen en un continuo junto a la línea de mar.

La salida de Tarragona no es, ciertamente, muy agradable ya que está rodeada de enormes complejos de industria química pesada. También hemos pasado junto a las retorcidas formas de las atracciones de Port Aventura que se confunden con las torres de las fábricas de los alrededores.

A partir de La Pineda el camino ha sido muy agradable ya que, como decíamos, hemos pedaleado junto al borde del mar a través de un carril bici bien asfaltado. El día ha acompañada totalmente. Ha lucido un espectacular sol invernal que ha puesto el termómetro en 19-20º. El único reproche que podemos hacerle es el viento del sur leve y moderado que ha soplado en diversos tramos del camino y que nos ha hecho tener que pedalear un poco más lentamente.

Hemos atravesado diversos pueblos muy turísticos (Salou, Cambrils, Miami Playa, L´Ametlla de mar…), aunque ahora parecen lugares deshabitados. Resulta chocante que, a pesar de la cantidad de viviendas, comercios, bares y restaurantes que hemos atravesado, nos haya costado encontrar un bar abierto para tomar un café. Finalmente hemos entrado en L´Hospitalet de L´Infant para almorzar un poco en una terraza de una «granja» (las típicas y acogedoras cafeterías-pastelerías de las tierras catalanas). Desde aquí hemos seguido pedaleando junto a la costa hasta llegar a un hermoso paraje protegido, la playa del Torn, que es además un lugar naturista.

Resulta un tanto desolador que, junto a este hermoso lugar, se encuentren una central térmica y una nuclear y nos hace pensar que, quizás este espacio se haya conservado virgen precisamente por eso…Para salir de la playa del Torn hemos tenido que pasar por debajo de la vía del tren y después subir un puertecito con unos generosos repechos que nos han hecho sudar. El premio han sido las espectaculares vistas de la subida.


Hemos bajado el puerto y vuelto a la carretera nacional durante unos cuantos kilómetros. Después hemos vuelto junto a la costa para seguir pedaleando por los carriles bici de los paseos marítimos de varias poblaciones. Hemos parado a comer en la hermosa cala de Sant Jordi de Alfama, que pertenece a L´Ametlla de Mar. Teníamos toda la playa para nosotros solos, el mar de banda sonora y el sol arropándonos, ¿qué más se puede pedir?.

Después de comer nos ha costado recuperar el ritmo de pedaleo. Además, el último tramo ha sido un continuo de pequeñas subidas y bajadas que se amoldan a lo caprichosas formas de un terreno surcado de rieras y ramblas. Finalmente, y ya con el sol ocultándose, hemos llegado a L´Ampolla de Mar, puerta de entrada al Delta del Ebro. Hemos buscado alojamiento para darnos un merecido descanso tras una etapa que nos ha costado un poco más de lo que pensábamos.

Esperamos que mañana, con las fuerzas recobradas, nos cunda un poco más.
Hola,
Somos una pareja de Tarragona, aficionadas a la btt, y al cicloturismo, estas navidades queriamos hacer algo tranquilo por la zona de levante, y es curioso…no se nos ocurrió nada, que no fuera por el monte, y aunque estemos en el Mediterráneo en la sierra litoral ( montañas de Prades, Mont Caro… maeztrazgo etc…) las temperaturas son muy bajas.
Me apunto este recorrido para otra vez que de haberlo visto lo hubiésemos hecho estas Navidades. Un saludo y felicidades por vuestro blog.
Montaña
Hola Montaña. Muchas gracias por tu comentario. Os animamos a hacer esta ruta, especialmente ahora, en invierno, ya que toda la costa está prácticamente deshabitada, lo cual es un auténtico lujo para poder saborearla con tranquilidad. Supongo que vosotras estáis acostumbradas a estos paisajes pero para nosotros, que venimos del interior, recorrerlos es un placer absoluto.