Después de dejar el hotel de carretera donde hemos dormido, nos hemos dirigido al pequeño pueblo de Latresne en el que hemos empezado la ruta. Está a 10 km de Bourdeaux así que, cuando volvamos en tren, nos tocará hacer ese trayecto en la bici para coger la furgoneta y emprender la vuelta a casa. Pero para esto aún nos queda un viaje por delante…
Desde que hemos salido de Latresne hemos disfrutado de un regalo de día. La temperatura ha sido ideal para el pedaleo y el sol nos ha acompañado todo el camino.
Hemos pasado por paisajes variados. Primero el camino ha transcurrido a la sombra de hileras de árboles. Poco después hemos entrado en terrenos agrícolas, especialmente de viñedos. No hay que olvidar que estamos en la denominación de origen de Bourdeaux.
El hermoso sol que ha lucido ha sacado lo mejor de estos paisajes. El verde es espectacular por todas partes y los pequeños y hermosos pueblos que hemos ido encontrando cada pocos kilómentros han hecho de la etapa un goce contínuo.
Ya hemos hablado en algún viaje anterior por Francia que es un país bien acabado y rematado. Todo el paisaje tiene una armonía especial. Cualquier pequeño pueblo tiene un encanto que te llama a entrar en él. Lo mismo ocurre con el espacio agrícola e incluso con las propias casas que tienen cuidado hasta el más mínimo detalle.
Hemos seguido la vía verde hasta Sauveterre de Guyenne, pueblo en el que hemos parado a comer degustando los panes franceses (otro de los puntos fuertes de este país).
Desde aquí hemos tenido que seguir pequeñas carreteras comarcales sin apenas tráfico y con algún sube y baja hasta La Réole, que está ya en la ribera del Garonne. Aquí hemos cruzado el río en dirección a Fontet, y desde aquí hemos empezado la vía verde que transcurre junto al canal del Garonne.
Nuestro fin de etapa ha sido Meilhan sur Garonne, un pequeño pueblo junto al canal que cuenta con un puerto para los barcos que lo transitan. De hecho estamos pasando la noche en el camping del puerto que, aunque oficialmente no abre hasta el 1 de junio, nos han dejado quedarnos por el módico precio de 3€. Hay un par de parejas de cicloturistas más aunque durante el camino no hemos visto a casi ningún otro.
Bueno, mañana seguiremos junto al canal hasta donde nuestras piernas manden.