Esta mañana, después de dejar el camping, muy agradable por cierto, hemos aprovechado para dar un último paseo por el pueblo y desayunar. Por desgracia las boulangeries cierran los lunes así que nos hemos tenido que conformar con un supermercado. Hemos disfrutado de un café con vistas al pórtico de la abadía de Sant Pierre, una joya de la arquitectura románica. Los amantes de la Historia del Arte nos matarán si decimos que no hemos entrado al claustro, quizás el ejemplo más importante de este estilo. Pero es que se nos echaba el tiempo encima y queríamos aprovechar el día en Toulouse. Es lo que tiene viajar con pocos días, que hay que elegir…
Hemos comenzado la ruta con un día estupendo. Hoy no hemos tenido niebla y desde primera hora hemos disfrutado de un día espectacular. Nada más dejar Moissac hemos cruzado, nuevamente, uno de los acueductos que hacen que el canal salve el curso de un río a través de un puente. Aquí los llaman puente canal (pont canal) y quizás sea el término más preciso.
En el tramo de hoy hemos encontrado menos pueblos y menos gente circulando por él. También es cierto que ayer era domingo y hoy lunes pero esta zona se nota menos habitada. Hemos parado un par de veces para descansar y reponer fuerzas pero el camino ha sido muy tranquilo y suave. Hemos visto más lagartijas que personas e incluso nos hemos cruzado con una enorme rata de agua (no sabemos si es exactamente eso). Parece ser que estos roedores han infectado el canal con un microbio que lo hace no apto para el baño. De hecho las personas que trabajan en el canal tienen que vacunarse contra él.
El paisaje ha estado dominado por el bosque de robles, las zonas de cultivo, los frutales…y llegando a Toulouse hemos empezado a notar la presencia progresiva de más y más industrias.
Hemos llegado a Toulouse a eso de las 14:30h y lo primero que llama la atención es la vida de sus calles. El primer paseo por el corazón de la ciudad deja un agradable sabor y las ganas de conocerla más a fondo. La zona del río tiene una especie de playa de hierba llena de corros de gente joven disfrutando de ella.
Después de un agradable paseo con las bicis hemos decidido buscar un lugar para dormir, dejar las bicicletas y continuar conociendo la ciudad a pie. Después de unos cuantos kilómetros rodando el cuerpo agradece estirar las piernas y ver las cosas con más lentitud y detenimiento.
Aquí ha acabado nuestro periplo por el canal del Garona. Mañana comenzaremos el canal del Midi. Ambos canales se juntan aquí y permiten que prácticamente se comunique el Mediterráneo y el Atlántico.
Hay muchas más cosas que contar de Toulouse pero este quizás no sea el lugar de contarlas. De todas forma,s a los que no la conocéis, os animamos a venir a verla porque seguro que no os defraudará.