Ayer hicimos una ajetreada jornada de descanso visitando Módica y Ragusa. Bien sacrificado estuvo nuestro reposo por conocer estas dos hermosas ciudades. Queríamos haber visto también Scicli, que es más pequeña que las anteriores, pero las rutas de autobús, aun siendo frecuentes, no son fáciles de enlazar.
Como ya dijimos, estas ciudades, junto con Noto, son Patrimonio de la Humanidad. Sus calles, plazoletas, palacios… forman preciosos conjuntos con un sabor muy auténtico. También os comentábamos que estos lugares son el escenario habitual de la ficción televisiva “El Comisario Montalbano”. Lo que no esperábamos ayer es encontrarnos con el rodaje de uno de los nuevos capítulos de la serie y menos aún con ver al autor de la saga literaria, Andrea Camilieri.
Hoy hemos salido de Marina de Módica y hemos atravesado otros de los escenarios habituales de la citada serie, entre ellos la casa del comisario, que habitualmente es un Bed & Breakfast llamado “La Casa de Montalbano”.
Una vez colmadas ya las inquietudes mitómanas, hemos seguido avanzando junto a la costa. Durante toda la jornada nos ha tocado luchar contra un fuerte viento de poniente. El céfiro es el habitual de la zona, así que nos esperan algunas jornadas más en su compañía.
El aire en contra no es sólo molesto por el esfuerzo extra al que obliga, sino por la sensación de inquietud que produce con su insistencia.
El paisaje del sur de la isla es muy árido y en algunas partes nos ha recordado a Almería. Y, al igual que en ésta, son frecuentes los cultivos de invernadero. La mayoría de ellos producen, en esta época, tomates y berenjenas, productos indispensables para una buena pasta a la Norma.
El mar tiene un color muy azulado por aquí y las playas suelen ser de una finísima arena. Nos hubiéramos dado un baño pero el viento trae un aire un poco fresco que no invita demasiado a ello.
Hemos atravesado varios yacimientos arqueológicos. A lo largo de toda esta franja de costa se ubicaban algunas de las más importantes ciudades de la Magna Grecia, como Kamarina o la misma Gela. Hoy apenas quedan los escombros de lo que fueron los cimientos de la cultura europea.
La Gela de hoy en día es una ciudad industrial en la que destaca su refinería de petróleo. Bueno, igual hay que decir que es una ciudad postindustrial, porque nos han dicho que esta factoría está en proceso de cierre, lo que ha provocado el aumento del ya de por sí elevado número de parados. La cultura italiana y española son iguales hasta en esto. De todo ello hemos estado hablando con un simpático matrimonio que regenta un pequeño supermercado. Nos han dicho que su hijo es parlamentario europeo por el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo. Esperamos que su labor en pro de una Europa más justa y solidaria sea fructífera.
Gela, aparte de la refinería, cuenta con un importante museo junto a las ruinas de la antigua Acrópolis griega. En esta ciudad murió Esquilo, el dramaturgo. Contamos un chascarrillo porque resulta curioso. Por lo visto, un oráculo vaticinó al escritor que iba a morir aplastado por una casa. Como hombre precavido que parece que era, se fue a vivir lejos de la ciudad. Allí, un buen día, un quebrantahuesos o ave similar, perdió a su presa, un caparazón de tortuga, que casualmente cayó sobre la cabeza del pobre Esquilo.
Bueno, como moraleja sobre lo inexorable del destino no está mal. Por si acaso, es mejor no preguntar al oráculo.
Lo que se aprende en este blog!!!!