
Hoy nos hemos despertado con el sol en la tienda de campaña, lo cual nos ha dado una gran alegría (no sabíamos la que nos esperaba) Justo cuando hemos salido del camping ha llegado el dueño (un señor con cara de pocos amigos) así que hemos pagado nuestra deuda sin rechistar (14€, no es para tanto).
Hemos empezado la ruta rumbo a Einhein, una bonita ciudad encaramada en una colina. El camino ha transcurrido por zonas de cultivo (sobretodo trigo, maíz y remolacha) y hemos tenido una mañana soleada (bueno queremos decir sin lluvia, porque el sol, lo que es el sol ni lo hemos visto). En Einhein hemos dado un paseo por las calles del centro, la Marktplatz (plaza del Mercado)… Después teníamos que ir rumbo a Ulm (una ciudad más grande, famosa por ser la ciudad natal de Albert Einstein y tener una importante universidad), pero a partir de Einhein hay dos posibles rutas para salir hacia Ulm y nos ha costado un rato encontrar la que queríamos seguir (aún no controlo demasiado el gps)

El camino hacia Ulm ha sido una odisea acuática. No ha parado de llover en todo el trayecto y hemos tenido que pedalear cuando la lluvia era más leve (ya vemos que aquí la gente funciona así, sólo se protegen de la lluvia cuando jarrea con ganas) Visto lo visto nos lo hemos tomado con filosofía y hemos parado debajo de un puente a tomar un té.

Cuando hemos llegado a Ulm la cosa no ha mejorado mucho, más bien al contrario, se ha puesto a llover con muchas ganas. Esto no nos ha impedido dar un pequeño paseo por el centro histórico y poder apreciar la magnitud de la torre de la catedral (dicen que es la más alta de su estilo, y ciertamente ya la habíamos visto 10 km antes de llegar) La ciudad es realmente bonita, aunque no la hemos podido ver con detenimiento por la compañera lluvia. En Ulm hemos comido, hemos tomado un café, hemos pasado un buen rato debajo de un soportal de un edificio que parecía una universidad y en cuya entrada ponía «casa de Einstein» esperando que remitiese la lluvia; hasta hemos pensado en quedarnos a dormir aquí para evitar la lluvia…Pero finalmente, hemos hecho un acto de valentía y nos hemos echado al camino (si nos dejamos vencer por esta lluvia no vamos a avanzar ni 10km cada día) Nada más salir la lluvia se ha vuelto muy fuerte y hemos tenido que para debajo de un puente. Al final, resignados, hemos seguido el camino y que sea lo que quiera (y lo que ha querido es mucha agua, en fin…)

Al final hemos llegado a Gunzburg, un pintoresco pueblo con un camping bastante acogedor desde el que estamos escribiendo estas líneas. El camino ha sido muy bonito pero hemos llegado marrones por el barro que hemos ido recogiendo. Parte del camino ha discurrido entre un espectacular bosque de hayas en la margen derecha del Danubio, con un camino de tierra que con la generosa lluvia nos ha ido regalando barro. Bueno, ya estamos limpios y coleando jeje.

Bueno, ahora vamos a descansar que mañana será otro día. A pesar de todo, el de hoy ha sido estupendo por todos las ciudades y parajes que hemos disfrutado.
P.D. ¿Lloverá mañana?
Va a ser que sí.