6ª etapa: Vohburg a.d. Donau-Regensburg (Ratisbona): 71 km

Perfil de la etapa

Hoy ha sido una etapa más suave, a pesar de que en el perfil pueda parecer lo contrario (la escala engaña).

Nos hemos despertado un poco más temprano que otros días y un poco antes que nuestros vecinos «pescadores», que alargaron la noche más que nosotros.

Acampada libre en Vohburg

 

Hemos recogido el campamento (ya se nos da muy bien) y hemos partido rumbo a Kelheim, un pueblo enla ribera del Danubio. A primera hora el cielo estaba muy encapotado pero, por suerte, no ha llovido. El camino ha sido muy agradable. Hemos atravesado campos de lúpulo (con tanta cerveza en algún sitio tenían que cultivarlo). También hemos atravesado pinares que nos han recordado mucho a los del norte de Soria (eran pinus sylvestris también). En esta zona hemos visto también muchas plantaciones de espárragos, Esta vez no hemos cogido prestado ninguno (será porque estaban pasados jeje).

Entre las plantaciones de lúpulo

 

A media mañana hemos llegado a un monasterio benedictino enclavado en la orilla del Danubio (monasterio de Weltenburg). En esta zona el río se encajona en unos cañones impresionantes y el monasterio lleva aquí enclavado desde el siglo VIII. Por lo visto ya ha sufrido varias inundaciones por el desbordamiento del Danubio, lo cual han dejado reflejado en uno de los muros con marcas del año de la inundación y el nivel al que llegó. Pero lo más interesante del monasterio, al menos a las doce del mediodía, es que es un lugar famoso en Alemania por su cerveza negra de tradición centenaria. Como no podía ser de otra forma hemos tenido que probarla, y damos fe de que está buenísima.

Probando la cerveza negra en el monasterio de Weltenburg

Desde el pueblo del monasterio, Weltennburg, hay dos opciones para seguir la ruta: una siguiendo la carretera por unas empinadas cuestas y otra subidos en un barco que navega entre los meandros del río que baja encajonado por un cañón calcáreo impresionante. Por supuesto que hemos elegido esta opción, y no nos ha defraudado. Nos ha llamado mucho la atención la velocidad a la que baja el río por aquí, y eso que lleva ya una anchura considerable.

El Danubio desde el barco a Kelheim

 

El barco nos ha dejado en Kelheim y desde allí hemos pedaleado hasta Regensburg (Ratisbona) por una ruta muy agradable, en mitad de la cual hemos parado a comer en una de las muchas cervecerías que hay con un menú muy variado (del que no entendemos nada) y para nada caro. La elección ha sido una buena ensalada de la casa y unas salchichas de la zona con col que nos han sabido buenísimas.

Por fin hemos llegado a Ratisbona por una senda en la que había muchísima gente haciendo deporte. Hemos ido al camping que está en las afueras de la ciudad, hemos montado el campamento, nos hemos duchado (que falta nos hacía) y por primera vez hemos visto el azul del cielo en Alemania. Después hemos puesto rumbo al centro de Ratisbona y nos hemos quedado prendados por la belleza de esta ciudad realzada por la luz de la tarde que daba aún más fuerza a las ya de por sí coloreadas casas de la ciudad. Yo me he vuelto loco queriendo hacer fotos a todo hasta que Mayte me ha atado a una silla de una terraza a tomar un café, si no aún estoy allí con la cámara. En esta ciudad se respira un ambiente mucho más cosmopolita que en el resto de las que hemos estado; desde luego juega en otra liga, es una ciudad con mucho mucho encanto.

Plaza en Ratisbona

Al caer la tarde hemos regresado al camping donde hemos cenado ligeramente y desde donde os escribimos estas líneas. Hoy no hay pescadores con motosierra pero a nuestro lado hay uno que ronca como si se hubiese comido una.

 

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